Se define como disfunción sexual a toda imposibilidad o dificultad del individuo para participar en las relaciones sexuales como desearía y que le llega a producir distrés o desasosiego.1
La Royal Free School of Medicine ha señalado en un estudio que más de un tercio de las mujeres no tienen deseo sexual y que una de cada cuatro no puede conseguir el orgasmo.
En España, según un estudio de la Universidad Autónoma de Barcelona, realizado en 2017, se estima que entre 40-50 % de mujeres sufren de algún tipo de este trastorno y supone uno de los principales motivos por los que acuden a un especialista.2
Una de estas alteraciones es la anorgasmia o trastorno para alcanzar el orgasmo. Se define como la inhibición recurrente y persistente del orgasmo, manifestada por su ausencia tras una fase de excitación normal.1
Existen muchos factores que pueden influir a la hora de no haber tenido nunca un orgasmo o tener muchas dificultades para llegar a él:1
Causas orgánicas, que son sólo en el 5 % de los casos, por:
Alteraciones de la inervación de la pelvis: esclerosis múltiple, neuropatía diabética
Alteraciones vasculares: arteriosclerosis, aneurismas abdominales
Alteraciones endocrinas: enfermedad de Addison, síndrome de Cushing, trastornos del tiroides diabetes mellitus
Alteraciones ginecológicas: infecciones, cirugías
Adicciones a drogas o a alcohol: disminuye la capacidad orgásmica en un 15 % y en un 40 % la excitabilidad en las mujeres.
Causas psíquicas, que son las más frecuentes e importantes:
Fatiga, estrés
Traumas infantiles
Abusos, apego incorrecto
Alteraciones de personalidad
Malos tratos, complejos, educación restrictiva
Estados depresivos
Miedo a perder el control y sobre todo los problemas de pareja
Una de las más importantes intervenciones básicas en terapia sexual es dar información y educación sexual con el objetivo de adquirir un adecuado y suficiente nivel de información sexual para entender qué ocurre. Con esta información se resuelven el 50 % de los problemas. Es necesario promover una actitud saludable con respecto al sexo, por ello es aconsejable consultar a su profesional sanitario.
Intenta descansar suficiente y comer bien.
Limita el consumo de alcohol, droga y tabaco.
Realiza físico y ejercicios de Kegel contrayendo y relajando los músculos pélvicos
Concéntrate en otras actividades sexuales, no sólo en el coito.
Utiliza un método anticonceptivo que no te tenga preocupada por un embarazo no deseado.
Es fundamental un tratamiento individualizado. Tratar condiciones médicas o ginecológicas subyacentes y conocer cómo vive el problema la mujer y cuáles son sus expectativas para afrontar y dar solución a este problema.
Vizcaino Alonso, M.C., Trastorno orgásmico femenino. Protocolo asistencial. Revista Sexología y Sociedad. 2016; 22(2) 216- 247. ISSN 1682-0045
Vizcaino Alonso M.C., Montero Vizcaíno Y. Disfunciones sexuales femeninas y factores psicosociales asociados en un grupo de mujeres supuestamente sanas. Revista Sexología y Sociedad. 2017; 23(2) 182-194. ISSN 1682-0045
Curso de Ginecología estética y regenerativa, Disfunciones sexuales. TECH Universidad tecnológica
Autora: Dra. Ester Martínez Lamela. Ginecología y Obstetricia. Hospital Universitario Infanta Leonor, Madrid.
PP-LOE-ESP-0077 07/22