La micción es definida como el acto de vaciar la vejiga cuando ésta ha alcanzado su capacidad fisiológica y la persona se encuentra en un lugar adecuado para realizar su evacuación. En el acto de la micción, los músculos de la vejiga se contraen y la orina es expulsada por la uretra. Al mismo tiempo, los músculos que rodean la uretra se relajan, lo que permite que la orina fluya por este conducto, ya que, si estos músculos se contraen, comprimen el orificio uretral, impidiendo su emisión.1
Por ello, si dichos músculos están debilitados, o lesionados, no serán capaces de contener la orina durante actividades cotidianas como puede ser el estornudo o la risa, entre otras. La continencia urinaria es el resultado de una adecuada coordinación en las funciones de llenado y vaciado del tracto urinario inferior. Para que esto suceda se necesita una perfecta coordinación entre el músculo detrusor de la vejiga y la uretra, así como de sus respectivas “fuerzas”. Para el mantenimiento de la continencia se precisa la integridad anatómica de la uretra, de las estructuras adyacentes, de un correcto posicionamiento del cuello vesical, así como de una inervación intacta del tracto urinario inferior. Cuando alguna de estas situaciones falla, puede aparecer incontinencia.1
La incontinencia de orina es la pérdida involuntaria de orina.1
Preguntar si la mujer tiene pérdidas involuntarias de orina y problemas miccionales que afectan a su calidad de vida debe formar parte de la práctica diaria del ginecólogo.
Nos podemos encontrar varias situaciones:2
Incontinencia urinaria de esfuerzo: pérdida involuntaria de orina asociada al esfuerzo, actividad física, tos o estornudo.
Incontinencia de urgencia: pérdida involuntaria de orina asociada con un fuerte deseo de orinar.
Incontinencia urinaria mixta: pérdida involuntaria de orina asociada a urgencia y al esfuerzo.
El diagnóstico está basado en una historia clínica completa describiendo antecedentes familiares, personales, obstétricos y ginecológicos, exploración física analizando la posible existencia de prolapso de los órganos pélvicos, un análisis de orina, diario miccional y otras pruebas como un estudio urodinámico que analiza el funcionamiento de la vejiga.2
Hay que identificar los factores de riesgo, algunos de ellos modificables, como la ingesta excesiva de bebidas y estimulantes (café, té); o de ciertos tratamientos farmacológicos con una importante repercusión, como los diuréticos.1,2
Es fundamental evitar el sobrepeso, ya que la obesidad es un claro factor de riesgo de incontinencia urinaria, así como el consumo de tabaco.1
La incontinencia urinaria tiene un claro impacto sobre la calidad de vida de la mujer.1 Debes consultar a un especialista para que haga una evaluación correcta y te oriente a un adecuado tratamiento.
Jaramillo, K. B. Estudio descriptivo para la asociación de la actividad física, el consumo de cafeína, alcohol, el estrés, la obesidad, el estreñimiento, la historia obstétrica y la calidad de vida con la incontinencia urinaria en mujeres entre 25 y 35 años. Tesis Doctoral. Universitat Autónoma de Barcelona. 2019. Disponible en: kbj1de1.pdf (tesisenred.net) [Último acceso: julio 2022]
Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia. Diagnóstico de la incontinencia urinaria: Guía de Asistencia Práctica. 2019; vol. 62: p. 79-91. Disponible en: 16-GAP-DIAGNOSTICO-INCONTINENCIA.pdf (sego.es) [Último acceso: julio 2022]
Autora: Dra. Ester Martínez Lamela. Ginecología y Obstetricia. Hospital Infanta Leonor, Madrid.
PP-LOE-ESP-0079 05/22