Aparecer entre los primeros resultados cuando un paciente busca información en internet sobre su enfermedad es clave para las asociaciones, para darse a conocer y cumplir su labor. Sin embargo, no basta con que tu web esté relacionada con el tema de la búsqueda para aparecer arriba, Google ordena los resultados en función también de parámetros técnicos que es muy útil conocer.
Y precisamente de eso, de posicionamiento orgánico, va este artículo, para el que hemos contado con la ayuda de un experto en la materia, Aldo Torrecilla, responsable SEO de Destinia y profesor deValley digital School. Lo primero que hace falta para posicionar alto una página en el buscador de Google es paciencia. El SEO, entendido como “el conjunto de técnicas para hacer más relevante nuestra web a ojos de Google”, es un guiso que se cuece a fuego lento y lleva algún tiempo ver resultados. Tiempo para, por ejemplo, generar contenido de calidad, para que te citen desde otras webs o te enlacen en redes sociales, pistas que convencen a Google de que tu web es de calidad y merece un lugar entre los primeros resultados.
El buscador ha introducido en los últimos años una serie de modificaciones en su algoritmo para castigar a aquellas páginas que intentan posicionarse haciendo trampas, como comprar menciones en ‘granjas’ de enlaces en China. “La tendencia es a priorizar la humanización, el buen contenido, original y que responde al usuario”, explica Torrecilla. “Simplificar la versión para móvil, optimizar el tiempo de carga de la web y no generar rebote (que un usuario entre y salga en seguida) son los parámetros que más está premiando ahora Google”.
Así, optimizar el SEO pasa por evitar errores, por eso nos detenemos en algunos de los más frecuentes y que tienen una solución al alcance de un usuario medio:
Olvidarse de etiquetar las fotos y textos.
Las ‘arañas’ de Google que analizan una web para calificarla y posicionarla son meras máquinas que no entienden el texto ni las fotos. No les importa la calidad de tu prosa ni el enfoque de las imágenes, pero necesitan saber de qué tratan. Y para facilitarles la tarea y que nos clasifiquen correctamente existen las etiquetas (o Tags). Todos los textos que publiques en tu web deben llevar etiquetas con las palabras clave que definen o resumen el artículo. ¿Cuántas? No es una ciencia exacta, pero la cifra ideal de etiquetas es como del 2%, es decir, que si publicas un texto de 300 palabras, utilizarías unas 6 etiquetas. También hay que etiquetar las imágenes, así como añadirles una pequeña descripción o pie.
Inexactitud o ausencia de título y descripción de la web.
Cuando buscas tu web en Google, verás que no solo aparece el nombre y el enlace, también un título (en azul clicable) y debajo un pequeño texto de dos líneas en letras negras, que es la (meta) descripción. Es lo primero que los usuarios ven de tu web y condicionará mucho que quien no te conoce acabe entrando o no, por eso merece la pena darle una pensada: que sea atractivo, que describa el contenido y que se ajuste a la extensión para no aparecer cortado: hasta 155 caracteres la descripción y hasta 70 para el título, en función de si utilizas mayúsculas. En este simulador gratuito puedes hacer pruebas para ver cómo se verán tu descripción y título en Google.
Publicar fotos pesadas.
Las imágenes que subas a tu web deben ser lo justo para que se vean bien pero pesen lo mínimo posible. Recuerda que la mayoría de tus usuarios acceden desde el móvil, no necesitan unas fotos en altísima definición para pantallas tan pequeñas, pero sí un peso ligero, que ayudará a optimizar el tiempo de carga, un parámetro que Google valora mucho. Para hacernos una idea, las cámaras de nuestros móviles hacen fotos de una media de 5MB, mientras que las imágenes para la versión móvil de una web no deben exceder los 100kb, es decir, 50 veces menos. Existen docenas de optimizadores gratuitos de imágenes, para que reduzcas su peso antes de publicarlas, Optimizalia y Compressor son dos de los más populares. Y si quieres curiosear más sobre el tema, Google tiene esta aplicación gratuita para medir el tiempo de carga de tu web, en la que además te ofrece consejos de mejora.